The Founder Institute – Parte 1
Siempre me he considerado una persona emprendedora, también muchas personas me han dicho que soy un emprendedor, y de hecho sí lo creo (o talvez no tanto, puesto que durante más de 10 años en el mundo emprendedor, aún no logro dejar de trabajar para corporaciones, pero talvez ese sea tema para otro blog).
En ese camino de emprendimiento que he decidido tomar, he tenido varios intentos e ideas en los emprendimientos o negocios tradicionales, pero nunca me había decidido por emprender una startup, pensaba, tal vez como muchos, en que las startups son formadas por especialistas en tecnología e ingenieros en desarrollo de aplicaciones móviles. Pero nada más lejos de la realidad, una startup puede ser creada por cualquier persona. Parafraseando la premisa de la película Ratatouille (“Cualquiera puede cocinar”) en mi caso me di cuenta de que “Cualquiera puede hacer una startup”.
El primer contacto con The Founder Institute
Todo comenzó cuando por eventos atribuibles al azar, descargué en mi celular la aplicación Meetup, una app para asistir a eventos locales, congresos o webinars en los tópicos de tu interés. Dentro de la aplicación busqué eventos de emprendimiento, uno de ellos se llamaba: “Startup Founder 101”, sin darme cuenta, en ese momento comenzaba mi aventura en el mundo de las startups.
Llegó el día del evento (8:00 pm hora local a través de Zoom, debido a la pandemia) y el moderador, que luego supe que era uno de los directores del programa, tenía como invitados al founder de Swap y al Director de Marketing de Rappi. Luego de hablar sobre varios temas en el ámbito del emprendimiento, presentaron el programa “The Founder Institute”, cuyo objetivo es formar compañías en etapa muy temprana, es decir, compañías que necesitan validar su idea de negocio (y cambiarla si es necesario) y posteriormente una vez que se gane un poco de tracción, conseguir rondas de financiamiento o capital semilla para hacer crecer su empresa. Durante los tres meses que dura el programa, tendría sesiones una vez a la semana (cada Martes) con mentores de alto nivel, además de guiarme por todas las etapas de creación de una compañía, desde su formación hasta la salida al mercado.
El costo por tomar el programa era de $699 y el examen de admisión era gratuito para las personas que lo tomaran en 48 horas (luego de varios días el valor del programa aumentaría a $799 y el examen de admisión tendría un costo de $49).
Como el examen de admisión era gratis, decidí hacerlo al día siguiente al finalizar mi jornada laboral. El examen es similar a un test psicométrico, si has aplicado a un puesto laboral seguro que has realizado uno de estos test, toma alrededor de una hora completarlo. Para The Founder Institute el test es su principal herramienta para tomar una decisión de aceptar a un aspirante a cursar el programa.
Luego de un par de días, recibí un correo electrónico del programa informando que había aprobado satisfactoriamente el exámen y de igual manera me invitaban a participar en el programa finalizando mi inscripción.
Luego de analizarlo, decidí aventurarme a cursar el programa, tuve que analizarlo bien, porque tanto en el evento de Meetup como en correos posteriores a la admisión, advirtieron que el programa es intenso y que no todos logran completarlo. Lo dejaron muy claro desde antes de comenzar el programa, ya que había que completar una asignación extensa (algo así como un Pre-Work) antes de la primera sesión. Por la parte económica si bien es cierto el valor del programa puede ser caro, si por alguna razón decidía salir del programa, tenía la oportunidad de participar en el cohort del siguiente año o bien, salir completamente del programa, en este último caso The Founder Institute devuelve completamente el monto pagado.